En el marco del Primer Foro Crítico Mundial realizado la semana pasada en Buenos Aires, Argentina, los mayores referentes de la izquierda latinoamericana manifestaron sus opiniones acerca de las actuales coyunturas políticas, económicas y sociales que atraviesa el continente. Entre ellas, el actual repunte de la derecha conservadora en suramérica que se contrapone a los postulados económicos del periodo progresista de la década pasada.
El vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera estuvo presente en el foro “El futuro de la izquierda y la dignidad humana” junto al español Juan Carlos Monedero. En un auditorio con más de 5000 personas, el boliviano reconoció que la primera ola de la izquierda en el continente había terminado, por lo cual hacía un llamado al progresismo a reinventarse mediante la autocrítica, pero señalando los logros que tuvieron: “¿Qué significa ser de izquierda? Haber sacado a 72 millones de personas de la pobreza” dijo el corporado.
https://twitter.com/PrensaCONADU/status/1064885905247346690/photo/1
La actual coyuntura brasileña donde fue elegido el ultraderechista Jair Bolsonaro inicia una nueva ola de autoritarismos de tipo conservador en la región, en la cual, según García Linera “El neoliberalismo que ha triunfado recientemente en algunos países de América Latina es fosilizado. Están repitiendo las viejas recetas que hace 20 años fracasaron. No hay inventiva, no hay creatividad, no hay esperanza. Lo que ahora tenemos es una especie de neoliberalismo zombie que sobrevive. Pero yo insisto en que esto se va a acabar”.
Con esto hace referencia a las ideas de privatización de los servicios públicos y activos del Estado, concesiones a empresas extranjeras, eliminación de las protecciones arancelarias y subsidios sociales que hacen parte de las propuestas programáticas de los derechos de derecha en el mundo.
Al preguntarse por qué son elegidos este tipo de gobiernos, coincidió con Juan Carlos Monedero en que los individuos tienen dos grandes sentimientos: el miedo y la esperanza, reiterando que lo que ganó en Brasil fue el miedo que justifica el autoritarismo y anula la solidaridad y la cooperación entre los diferentes sectores de la sociedad.
Frente al qué hacer económico reiteró en que se necesitan nuevas formas de soberanía económica como la única manera de construir una sociedad verdaderamente libre y desarrollada. Mecanismos como la protección de la industria nacional y los subsidios al sector agrícola son necesarios, según el, para insertar a los paises de la región en el mercado global, sin desconocer las formas tradicionales de producción de los pueblos originarios y la necesidad de articular estas propuestas económicas con otras luchas como el feminismo y el antiracismo.
Finalmente, García Linera fue premiado por parte de la Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales debido a su “compromiso con las ciencias sociales, los derechos humanos y las luchas por un mundo más justo e igualitario”.