Nadie puede negar el gran poder que tienen las naciones asiáticas para influir el mercado de criptoactivos, especialmente cuando se hace referencia a Corea del Sur, China y Japón. Recientemente se conoció que el Servicio de Supervisión Financiera de Corea del Sur (FSS) denuncio a algunos de sus miembros por usar información privilegiada para beneficiarse en el mercado de criptomonedas.
Esta información fue publicada por los medios Korea Times y News1, donde aseguran que la FSS estaría investigando la incriminación de uno de sus miembros en el uso de información confidencial gubernamental respecto a las recientes regulaciones de criptomonedas, con el fin de comerciar con criptoactivos en distintas casas de cambio en este país y de esta manera venderlas antes que sus precios bajaran con la publicación de las regulaciones.
Choi Heung-sik, gobernador del Servicio de Supervisión Financiera de Corea del sur, confirmó la noticia, asegurando que dicha comercialización ilegal habría ocurrido antes del anuncio y aplicación de las regulaciones desarrolladas por el Estado:
“Hemos reconocido las acusaciones de que un funcionario de FSS vendió criptoactivos basándose en información privilegiada antes del anuncio actualizado del gobierno para regular el mercado. Estamos investigando este caso”.
De esta forma, la FSS está investigando si hay más personas implicadas en este acto:
“Se nos ha informado que uno o dos servidores públicos están siendo investigados por los hechos, pues los funcionarios del gobierno no son apropiados para invertir en moneda virtual”, afirmó Choi.
Choi también dijo que la organización ha aconsejado a su personal no involucrarse con las criptomonedas, debido a la inseguridad que estas representan para una inversión. Sin embargo, sus empleados no tienen prohibido participar de este negocio:
“(FSS) aconsejó a los empleados que se abstengan de invertir (en criptomonedas) pero señalando que no hay restricciones”.
El mercado criptográfico ha representado a las instituciones financieras y gobiernos del mundo un gran desafío, esto ha generado que se vean obligadas en pensar en regulaciones y normatividades que permitan ejercer mayor control sobre estas, tal como es el caso de Corea del Sur.