La icónica compañía, que innovo creando el sector de grandes superficies (vender de todo a todo tipo de clientes) hace más de 100 años, se ha declarado en bancarrota después de un paulatino descenso en sus ventas que desencadenaron un alto nivel de endeudamiento.
La historia:
Sears fue creada en 1886 y desde entonces se convirtió en una de las empresas más importantes del país, llegando a tener 105.000 pedidos al día, siendo uno de los grandes ejemplos del ‘sueño americano’ de como una pequeña tienda pudo convertirse en una compañía multimillonaria.
Pero ¿cómo? Sears fue el Amazon de su época. Mediante la creciente red de ferrocarriles y de red postal pública, Sears empezó a llevar sus catálogos a los rincones más alejados del país, con lo cual integro a estas regiones al mercado con sus ventas. Para los años 60, la empresa ya controlaba alrededor del 50% del mercado de productos minoristas.
Desde los 70, la llegada de nuevos competidores como Walmart y J.C.Penney, el mercado se hizo cada vez más competido, pero no sería sino hasta el nuevo milenio cuando la consolidación del Internet y las ventas por catálogo virtual como Ebay y Amazon (quienes también aprovechan la amplia red postal norteamericana), harían tambalear la compañía.
Fue en los 90’s cuando la compañía empezaría a disminuir el número de tiendas que tenía y eliminó la venta por catálogo (que sería la base del e-comerce en el futuro). Desde entonces todo iría para atrás, recortes a los planes de jubilaciones, déficit en ventas y alto endeudamiento.
¿Ahora qué?
La copa se llenaría este lunes cuando la compañía no pudo pagar una deuda de 134 millones de dólares lo cual derivó en que se acogiera a la ley de bancarrota de Estados Unidos. Para esto, la empresa diseñó un plan con el cual espera conseguir 300 millones de liquidez para poder operar hasta navidad, sin embargo, esto incluye el cierre de más de 200 almacenes.
El objetivo es salvar una compañía que lleva 7 años acumulando 11 millones de dólares en pérdidas y hacerla rentable al largo plazo. El gran reto será, por supuesto, afrontar de manera acertada la nueva ola de innovaciones tecnológicas que están liderando el mercado de las ventas minoristas.