La gigante automotriz norteamericana anunció este martes que cerrará a finales de año su histórica planta de ensamblaje de Sao Bernardo (cerca de Sao Paulo), Brasil, descontinuando todos sus modelos de camiones para la región, así como el popular modelo Fiesta, que son manufacturados en esta planta.
Esta medida hace parte del plan de restructuración de la compañía justificada en el bajo margen de rentabilidad del mercado suramericano de los últimos años. A pesar de esto, Ford manifestó seguir comprometida con la región y espera regresar en el futuro.
El plan de reestructuración global de Ford está avaluado en USD $11 millones e incluye reducción de salarios y costos administrativos (en más de 20% en América Latina). La compañía espera generar un cargo extraordinario de USD $460 millones antes de impuestos.
Sin embargo, es claro que los principales afectados por la medida serán los 2800 trabajadores directos de la planta abierta en 1967, además del número adicional de trabajadores tercerizados.
Ante esto, el Sindicato de Metalúrgicos del ABC (area industrial de Sao Paulo) se manifestó indignado y convocó a un paro general de una semana esperando revertir la noticia.
Ford fue la cuarta marca de automóviles más vendida de Brasil en 2018 y acaba de firmar una alianza con Volkswagen en la región.