A pesar del temor que genera en la región la elección del ultra-derechista Jair Bolsonaro como presidente de la mayor economía de América Latina debido a sus posturas misóginas, homofóbicas y autoritarias, los mercados parecen responder de manera positiva a este cambio que representa el final de 18 años de izquierda en Brasil.
El Real continua apreciándose en relación al dolar después de la victoria del candidato ultra-derechista del Partido Social Liberal este domingo 28 de octubre. La moneda brasileña había llegado al techo de los 4.2 reales por dolar en septiembre pasado, hoy se ubica en los 3.7 reales por dolar.
De la misma manera, la victoria ha imprimido una pequeña pero relevante dosis de confianza a los mercados financieros internacionales, quienes llevan varias semanas en picada debido a la desconfianza de los inversionistas. La bolsa de Sao Paulo ha acumulado un alza del 7% desde la primera vuelta y el índice Ibovespa de las 60 cotizaciones más importantes de la bolsa brasileña ha aumentado un 10% desde entonces, después de 3 años de permanente recesión.
Sin embargo ¿por qué los mercados e inversores adoran a Bolsonaro? a pesar las políticas de tinte ultra conservador, el próximo presidente de Brasil cuenta con una ficha clave dentro de su gabinete: Pablo Guedes, asesor financiero educado en Chicago junto a los grandes exponentes del libre mercado.
Guedes ha prometido, fundamentalmente, reducir el déficit fiscal (8% en 2017) y la deuda pública del país (84% del PIB) a niveles mínimos mediante privatizaciones, concesiones y un ambicioso plan de reducción en las pensiones, políticas que prometen generar estabilidad y por lo tanto atraer mayor inversión y generar más confianza, a pesar de que no necesariamente repercutan en mejoras en la calidad de vida de los Brasileños.
Calificadoras internacionales como Moody’s & Fitch ya han mejorado su perspectiva frente a la economía brasileña debido al triunfo de Bolsonaro, aunque otros como Standart & Poors son más escépticos debido a la falta de claridad en la forma que serán implementadas las nuevas políticas económicas y el impacto que podrían tener los retrocesos democráticos que propone el brasileño.
Cabe mencionar que esta es una transformación radical de Bolsonaro, quien en sus más de 20 años de diputado, votó en contra de las privatizaciones y se mostró favorable a políticas de corte proteccionista y estatalistas. Es claro que este viraje en su concepción de la política económica fue clave para obtener al apoyo de la élite empresarial, profundamente en contra del Partido de los Trabajadores que dirigió a la octava economía del mundo en las últimas décadas.