El pasado 2 de mayo se conoció que el equipo de Telegram decidió no lanzar de forma pública su Oferta Inicial de Monedas (ICO) luego de haber recaudado alrededor de 1.700 millones de dólares en dos rondas de preventas privadas.
Los encargados de dar a conocer la información fue el portal The Wall Street Journal, afirmando que se enteraron por una fuente anónima ligada al proyecto. El medio expresó que luego de haber recolectado una cantidad buena de fondos en dos preventas internas, los directivos de Telegram decidieron no involucrarse en una venta pública de criptomonedas, sumándole los cambios que han recibido las regulaciones desde que la oferta abierta fue planificada hasta ahora.
Las reacciones no se hicieron esperar, por ejemplo, Erik Voorhees, CEO de ShapeShift, criticó las consecuencias de las regulaciones de la SEC en este ecosistema, siendo injusto con el inversionista promedio.
El principal objetivo por el que se realizó la ICO de Telegram, fue para reunir fondos para el lanzamiento de una red blockchain propia, conocida como TON (Telegram Open Network), pensada en ser la competencia directa de Ethereum y que tendría su propio criptoactivo denominado GRAM. Las preventas fueron hechas durante enero y marzo de este año, donde logró recaudar 1.700 millones de dólares, 850 millones en cada convocatoria, de 175 inversionistas privados. Estas cifras ponen a esta ICO como la de mayor recaudación hecha hasta ahora.
La oferta se realizó bajo la norma 506 (c) del Acta de Regulación de Valores D de la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC), según la cual una empresa puede conducir una venta de valores no registrados ante la Comisión, desde que se mantenga la venta únicamente para inversionistas acreditados, reporte la recaudación de fondos y los inversionistas sean sujetos a un periodo de consolidación definido.